Los ciclos son aquellos procesos que experimentamos en vida que comienzan, se desarrollan y concluyen. Aún así los procesos no terminan del todo, es importante aprender a cerrar estos cuando el proceso se ha agotado, de esta manera se evita el estancamiento y nuestro proceso personal pueda avanzar.
Se cierra un ciclo cuando se hace de manera consciente, sin embargo, cuando les damos sentido a una etapa, en general es porque la idea de vivir con una tensión sobre cosas pendientes en la vida, suelen generar incomodidad.
El efecto Zeigarnik indica una tendencia a recordar y prestar más atención a aquellas tareas o sentimientos interrumpidos. De esta manera se genera una paradoja: a medida que pasa el tiempo, intentar superar una fase que estuvo rodeada de dolor emocional hace que se torne casi imposible de realizar dicha tarea, la cual termina por generar obsesión y sensación de estancamiento.
Al seguir estas pautas, podrían acercarte a tu meta final para cerrar ciclos y así poder avanzar.
- Retrocede
Si bien puede ser doloroso, recordar permite observar tanto lo negativo como lo positivo de aquella situación. Es cuestión de aceptar lo que sucedió y no pretender olvidarlo ya que forman parte de la historia personal.
- Perdona
Juzgarnos, castigarnos y arrepentirnos no son el camino sano para cerrar un ciclo, en cambio, intentar tener empatía y entender que tanto nosotros como los demás actuamos de acorde a las herramientas disponibles en el momento, y sobre todo, reconocer aquellos aciertos, más que los errores.
Entender que tal vez nunca llegue un perdón por parte del otro lado también podría ayudar a sentir alivio, es trabajo personal de cada persona decidir vivir con el rencor de la situación o poder avanzar sin importar las acciones del resto.
- Ríndete
No busques una respuesta o explicación a todo, esto solo conllevará sufrir y agotamiento tanto mental como emocional. A veces las situaciones o acciones no son lógicas ni justas, y aprender a vivir con esto en mente es el verdadero reto para poder cerrar un ciclo.
- Acepta
Un camino saludable y no desgastante podría ser aceptar que esa situación pertenece al pasado y permitir que lleguen al presente diversas posibilidades sobre lo que pudo o no haber sido traerá frustración, lo mejor es entender que no hay ninguna manera de cambiarlo, solo aceptar que sucedió y aprender de lo vivido para el futuro.
Y por último recuerda, todos aquellos sentimientos y pensamientos brotaron de ti, no desde el exterior, es decir, tu decides cuando dejarlos ir y qué limites poner en aquella situación. Pronto nuevos ciclos se abrirán llenos de posibilidades, y dependerá de ti que tan felices o dolorosos serán.